Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio... y coincidir
- by Fernanda Salgado
- Nov 22, 2016
- 2 min read

Ya sólo 3 semanas para irnos de Firenze, hoy comenzamos la última semana de clases y las próximas 2 serán para exámenes, de ahí , rápido a hacer maletas para el viaje de extensión.
En éste post quiero compartir mi experiencia del viaje de fin de semana a Roma porque ha sido de mis favoritos. Hubo de todo! risas, enojo, cansancio, emoción, nervios y hasta lágrimas... todo es perfecto y nada es casualidad.
El viaje a Roma: una experiencia especial que contar.
Salir el viernes a las 8:00 am de la estación con 4 hrs de camino por delante y un trayecto en dónde no hay más que risas y diversión. Escuchar a Sosa cantar a todo pulmón, y que Regina imite la voz de Shakira, con Ponchito sin darse cuenta de nada por estar dormido, atrás está Renata en su mood tranquilo escuchando música. Alexa y Sofia compartiendo audífonos y unas cuantas canciones, Adri, Piglus y Ricky Martin jugando a ser jueces de los cantantes, Vicente muerto de risa, Nash y Ricky acurrucados, y Pily en Bologna porque tomó un tren equivocado... Todos ellos han formado una parte especial de este tiempo que pasamos juntos.
Continuando con el viaje, llegando a Roma visitamos el Museo del Vaticano, y la Capilla Sixtina cenamos todos juntos y regresamos a descansar para despertar el sábado e ir a la caminata Barroca que planeó Lina finalizando con el Colisseo. Después del cansancio de estar caminando todo el día decidimos ir a las escaleras Santas, y para mí fué un momento muy especial ya que tranquilamente pude cerrar los ojos, rezar, reflexionar, para poder continuar mi búsqueda en ser una mejor persona. Más que ser una experiencia religiosa lo tomo como algo espiritual, un ratito en el que pude agradecer por todas las bendiciones que he recibido y pedirle a Dios por la salud de mi familia, la paz y el respeto en el mundo. Éste momento tuvo cierre con broche de oro, porque el domingo fuimos al Vaticano a la misa que dió el papa por el cierre del año de la misericordia.
Despertar 6:00 am para llegar con tiempo y tener buenos lugares, estar 5 hrs parados entre la multitud y la luz del sol, empujones por todos lados de personas que en todos los idiomas gritaban emocionados por ver al papa, todo esto valió la pena. Al momento de ver al papa Francisco irradia una paz y una tranquilidad que te hace sentir especial. Estar ahí en ese momento abarcó una emoción en mí que nuevamente me hizo reflexionar en lo privilegiada que soy y volverle a dar gracias a Dios y a la vida por estar en el aquí y el ahora, el pensamiento que pasaba por mi cabeza era: "cuándo voy a poder regresar al Vaticano, con mis amigos, y comulgar en una misa oficiada por el papa?" -probablemente no pase otra vez, así que aproveché el momento y me contagié del ambiente de amor y paz del cuál estábamos rodeados.
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